Crufts 2009

 

Una exposición diferente... CRUFTS 2009

 

 

Todo empezó como un sueño cuando, tras ganar en la exposición de Talavera, en mayo del 2008, obtuvimos la clasificación para Crufts 2009. En aquellos momentos de euforia, surgió la idea de ir allí, a probar suerte y vivir una experiencia única.

Al principio, la idea era acudir unos cuantos, algunos con perro y otros sin el, y pasarlo en grande. Poco a poco, la gente se fue echando para atrás, por diversos motivos, y al final casi nos quedamos solos, con Senna. Nosotros también estuvimos apunto de abandonar la idea del viaje, puesto que las trabas eran muchas: trámites farragosos para poder introducir al perro en el Reino Unido; papeleo con el Kennel Club para que nos dejasen participar; y el viaje, que sólo lo podíamos hacer en coche, ya que el precio en avión para un perro de 50 kg nos suponía un gasto de más de 2000 € (sólo el perro), que era imposible de asumir.

A pesar de todo, la ilusión que teníamos era tan grande, que tratamos de no pensar en todos estos problemas juntos, sino en ir resolviéndolos uno a uno. Primero hicimos la reserva del hotel. Luego tomamos las muestras de sangre a Senna para el análisis de anticuerpos de la rabia. Solicitamos el ATC (Authority to Compete) al Kennel Club. Y finalmente sacamos el billete de Eurotunnel, para atravesar en coche el Canal de La Mancha, y reservamos los hoteles del trayecto en Francia.

El viaje suponía hacer 4000 km en cuatro días, con lo cual, era mejor no pensarlo...

En julio pudimos conocer de primera mano al juez que nos iba a juzgar en Crufts (Andrew H. Brace), ya que era el que juzgaba a los Boyeros de Berna en la exposición Internacional de Lisboa (Mediterranean Winner 2008). Allí nos dio el Mejor de Raza, compitiendo contra Nazca, en las hembras, y contra Dante, por la raza. Quizá haya sido uno de los juicios más difíciles que hemos tenido, y eso nos dio mucha moral para ir a Crufts. Además al juez le gustó bastante la perra, y creíamos que podíamos hacer un buen papel.

La preparación de Senna fue hecha a medida. Un entrenamiento por semana, aplicando diferentes técnicas de estimulación, para que saliese al ring pletórica, y no se apagase, como vino haciendo en sus últimas salidas. Cuando creíamos que la técnica ya estaba depurada, fuimos a Valladolid, a ver cómo lo hacía, y nos llevamos un pequeño chasco, al no conseguir que saliera como lo hacía en los entrenamientos. Al final eso nos vino bien, puesto que cambiamos algunas cositas, y nos ayudó a perfeccionar.

Según se iba acercando el día de partir los nervios iban saliendo. Estábamos ansiosos por ponernos en camino, y creíamos que no llegaba nunca el día.

Justo cuando la preparábamos para Valladolid se le empezó a caer el pelo a lo bestia. Optamos por no bañarla para esa exposición, y mantener así algo de pelo hasta el baño de Crufts. No sé si eso sirvió para algo, porque el miércoles antes de partir hacia Birmingham, cuando la bañé, casi tuve que llamar a los bomberos para que nos rescatasen de la tormenta de pelos que se genero con el expulsor, tras el baño.

A pesar de ese “pequeño” hándicap, ya no nos íbamos a echar atrás, y confiábamos en que el juez fuese capaz de ver todas las virtudes que tiene Senna, aunque pareciese un Gran Boyero Suizo.

Siempre se suele decir que a estas cosas se va a disfrutar y a vivir la experiencia, y es cierto, pero tampoco se puede negar que uno siempre va a hacerlo lo mejor posible y sin renunciar a nada. A optimismo nadie nos ganaba. Un día hoy que, en la vida, todos los que fracasan son gente optimista, pero que también lo son los que triunfan, ya que los pesimistas ni siquiera lo intentan.

Con todo esto, y la ilusión por las nubes, por fin llegó el día de partida. Salimos el jueves día 5 a las 14:30, y nuestra primera etapa nos debía llevar hasta Burdeos, a unos 700 km de distancia. El viaje fue muy duro, con nieve, viento, lluvia, atascos, árboles caídos en la carretera, y muchas de esas cosas incluso juntas. El coche iba con el maletero de techo, para que Senna tuviese toda la parte de atrás para ella sola, y fuese como en una limusina, vamos, como Penélope Cruz a los Oscar.

 

A las 23:00, llegamos a Burdeos, más o menos a la hora prevista. Aunque Senna estaba como loca por correr y jugar, no pudimos darle mucho juego, y nos fuimos a la cama enseguida, para madrugar al día siguiente, donde nos esperaban casi 1200 km hasta llegar a Birmingham.

         A las 7 de la mañana ya estábamos de nuevo en el coche. Esta vez el día amaneció soleado, y el viaje se hizo mucho más agradable. Atravesamos toda Francia, hasta llegar a Calais, donde debíamos coger el Eurotunnel, que nos transportaría hasta el Reino Unido. Pero antes debíamos pasar el temido control veterinario fronterizo, donde como tengas un papel mal, no te dejan pasar con el perro.

En un momento del viaje, miré por el espejo retrovisor y le dije a Senna: “Anda, que te quejarás de la de sitios que estás conociendo gracias a nosotros…”, y Senna me echó una mirada que, y pude leer claramente que su mente decía: “¿Y la de sitios que estáis conociendo vosotros gracias a mi?...”. Y qué razón tiene pensé.…

Y casi sin darnos nos cuenta, nos habíamos hecho los 800 km hasta llegar a Calais, y sólo eran las 15:00. La verdad es que conducir por las autopistas de Francia es una maravilla. En eso nos dan mil vueltas.

Llegamos al dichoso control veterinario, y allí vimos al primer Boyero de Berna que iba a Crufts. No puedo deciros de dónde venía, porque luego no le volvimos a ver en Crufts, pero era un perro tremendo, muy gordo y con más pelo que las patillas de la Pantoja. Ya nos podía haber dado algo……….Nos entró un poco de complejo.

Apunto estuvimos de no poder continuar el viaje, al faltarnos un sello en la vacuna de la rabia. No fue un descuido nuestro, sino que al vacunar a Senna en la campaña del Colegio Oficial de Veterinarios, éstos no traen ningún sello, ya que no se trata de ninguna clínica privada. A pesar de ello, la chica del control hizo la vista gorda y nos dijo que no nos pondría ningún problema, porque sabía a dónde íbamos. Seguro que si llegamos a ir en otra época del año, no nos hubieran dejado pasar.

Tras este pequeño susto, por fin montamos en el tren. Pudimos estirar las piernas un ratillo, y avituallarnos. El trayecto bajo el mar dura 35 minutos, y cuando te quieres dar cuenta, te encuentras ya en el Reino Unido.

Nada más salir del túnel comienza el estrés: ¡ ¡ ¡ Conducir por la izquierda ! ! !

Fueron 300 km de examen de conducir. Mirando a todos lados continuamente, respetando la velocidad, leyendo cada cartel, sudándote las manos, etc.….. Pero bueno, acabas acostumbrándote. La autopista más o menos se lleva bien, pero cuando llegamos al pueblo………….y a la primera glorieta………………menos mal que no venía nadie. Si ya es difícil conducir por la izquierda, aún lo es más con nuestros coches, y si encima te pintan las rayas en zig-zag…………..se puede liar parda….

  

Llegamos al hotel a eso de las 19:00, tras un atascazo en Londres impresionante. Eso sí, allí no ves a nadie cambiando de carril como loco, para ver si esquiva el atasco, y eso se agradece.

Al llegar al hotel, en Solihull, nos encontramos por fin con Cristina (La Sombra del Vizcar) y su hermana Mari Sol. Fue una alegría enorme verlas a ellas, y saber que habíamos pasado lo peor del viaje (o eso creíamos). Senna salió como loca del coche. Las paradas durante el trayecto obviamente no habían sido suficientes para que descargase toda su energía acumulada, y allí estalló a correr y saltar como una loca. Dimos un paseo por Solihull, que es un pueblo precioso, típico inglés, digo yo…., y cenamos tranquilamente en un Italiano (diréis que si estamos tontos, pero era de lo poco que había abierto a esa hora). Tras una cena muy amena y divertida, cogimos a Senna y la dimos un buen paseo por el pueblo, que agradecimos todos, aunque la noche era algo fría.

A la mañana siguiente me levanté a las 6:00, debido a los nervios. Me duché, cogí a Senna y nos fuimos, cámara en mano, a dar una vuelta por el pueblo y aprovechar la luz del amanecer para sacar unas fotos del hotel y de los alrededores.

       Hasta la iglesia con cementerio, tipo Thriller, tenía su encanto, a esas horas.

Tras desayunar, salimos pitando hacia el NEC (National Exhibition Center), donde se celebra el Crufts. Aparcamos en un buen sitio, a la sombrita para que Senna estuviera a gustito, ya que no se puede pasar con perro, salvo el día que compites, y entramos en el recinto………….

IM PRESIONANTE. Nada más llegar ya notas que estás asistiendo a una cosa muy seria, y que eso no es una exposición cualquiera.

Fuimos a ver nuestro pabellón, y nuestro ring, no sin antes empezar a parar en las tiendas que había por el camino, y ver las decoraciones de los benches (como los boxes de Fórmula 1, donde tienes que tener al perro), llenos de tarjetas deseando suerte a los perros, enviadas por los amigos de estos. Ahí fue cuando me acordé de todos vosotros, y de las muchas llamadas, mails y mensajes que habíamos recibido deseándonos suerte. Para la próxima ya lo sabemos, eso no sirve, hay que mandar cristmas.

Una vez detectado nuestro ring, y visto un poco cómo funcionaban los juicios, nos fuimos a ver el resto de pabellones.

  

Cinco pabellones llenos de rings, tiendas, estands de clubs, de marcas de pienso, y todo lo que os podáis imaginar entorno al mundo del perro, todo. Incluso había una tienda que vendían cojines y almohadas, que diréis “qué tiene esto que ver con los perros??”, pues sí………….que se lo pregunten a Sacha…..

Gente había para aburrir, todos los rings llenos, todas las tiendas, todos los estands, todos los rings centrales de cada pabellón. Por todos lados personas y perros, y sólo faltaba una cosa: Oír a un perro ladrando. No se oía ni un solo ladrido. Intentas prestar atención a ver si escuchas alguno, y no lo consigues. Qué perros más educados, no como en España, que estás 1 hora en una exposición canina y sales con la cabeza como un bombo.

 

Allí la gente compra de todo, como es lógico, pero lo  típico es comprar alfombras para los perros. Ir a Crufts y no traerte una alfombra es como el que va a Portugal y no compra toallas. El caso es que salimos con unas cuantas. Tienen un aspecto muy cutre, pero son muy acogedoras y por lo visto duran mucho y se lavan muy bien en la lavadora. Mis perras están encantadas con las que les traje.

A eso del mediodía llegó Priscilla (Southcourt), a la que recibimos con mucha alegría, puesto que era nuestra salvación ante posibles problemas lingüísticos, y la que nos ayudaría a entender el humor inglés………….(ya os lo explicaré más adelante).

Nos dirigimos entonces al Arena, que es el pabellón donde se celebran todas las finales y los espectáculos más importantes. Es lo que se ve en la tele. Entras por una alfombra roja, perfectamente ordenado, y en silencio. Todo a oscuras, y al fondo se empiezan a ver los focos del ring central. Parece que entras a un estadio de fútbol. De repente, del silencio brotan unos aplausos y gritos tremendos, como si hubieran marcado un gol. Se te empieza a poner la piel de gallina, y se te entrecorta la respiración. Cuando por fin accedes, la visión es impresionante. La foto lo refleja bastante bien, pero la sensación de vivirlo allí es indescriptible. Aún cuando lo recuerdo noto esos mismos sentimientos. Creo que es algo que no olvidaré nunca.

Nos sentamos y empezamos a ver el espectáculo. Era una entrega de premios de bailes, y oír por la megafonía el resultado, escuchar los aplausos y ver las reacciones de la gente, hizo que se nos saltaran las lágrimas a los cinco. Teníamos la sensación de estar presenciando algo muy especial. Y pensar que todo aquello giraba entorno a los perros, todavía lo hace más mágico. A todos se nos vino a la cabeza la sensación de que aquello deben experimentarlo todos los amantes de los perros alguna vez en la vida. Y fue el segundo momento importante en que el que me acordé de muchos de vosotros. Incluso, aún con los ojos vidriosos, envié algún sms para contároslo.

A continuación empezó una final de agility mini (creo que se llama así), en la que los primos de Zoe hicieron soltar carcajadas y aplausos, con sus espectaculares vuelos, a todo el estadio.

Tras un rato viendo los espectáculos del ring central, decidimos marcharnos a comer algo, y dar un paseo por Birmingham con Senna, para que se relajase y concentrase para el día siguiente (como hacen los futbolistas el día antes del partido).

Birminghan no tiene tanto encanto como el pueblecito donde estábamos alojados, pero también tiene sitios bonitos. El centro de la ciudad hay una serie de canales, tipo Venecia, por los que circulan unos barcos muy peculiares. Según nos contó Priscilla, se puede recorrer toda Inglaterra en esos barcos, a través de los canales.

Senna parecía que intuía que algo gordo se preparaba, y la encontrábamos cada vez más guapa. Muy activa, muy alegre, muy chula. Estaba con el grado de tensión justo que habíamos deseado tanto tiempo. Pensábamos, “ojala que mañana salga así al ring….”.

¿A que ya no os acordáis de que todavía no habíamos comido? Pues nosotros tampoco. Con los nervios de pensar en el día siguiente, los comentarios de todo lo que habíamos visto esa mañana, el paisaje y el empanamiento que teníamos encima, nos quedamos sin comer, por lo que decidimos volver a Solihull, y cenar allí prontito.

Como nos había gustado tanto el italiano de la noche anterior, a pesar de la hora y media que tardaron en servirnos, volvimos a repetir. Sacamos otro poquito a Senna y a la cama, que había que madrugar.

Nos levantamos pronto para darle a Senna un último toque con el expulsor, pero cuando lo fuimos a enchufar, resulta que la corriente no era suficiente para ese aparato (luego nos enteramos que hay que pedir un adaptador en recepción y conectarlo a otro enchufe), por lo que Senna seguía con sus cuatro pelitos descolocados…

Nada más salir por la puerta del hotel, Senna le pegó un ladrido a un Pastor de Brie que estaba en la puerta, todo mono él, como diciéndole “quita de mi camino, que sale la artista…... Si me quereíh irse…” , a lo Lola Flores.

Y salimos hacia el NEC….Aparcamos el coche, cogimos todos los bártulos y nos montamos en el autobús que te lleva hasta los pabellones, para ahorrarnos el kilómetro y pico que hay desde el parking. Ya en el parking vimos a los primeros boyeros que iban a competir con nosotros. Fuimos haciendo descartes……….no nos asustaba ninguno.

Por supuesto, Senna fue sentada en los asientos del autobús, mientras el resto fuimos de pie. No penséis que somos unos maleducados, casi todos los perros iban así. Para eso son los protagonistas de toda esta historia…

Entramos en el pabellón, acomodamos a Senna en su bench, colocamos nuestras sillas y el trípode de la cámara alrededor del ring, y cuando nos quisimos dar cuenta, ya había empezado el juicio. Puntualidad británica.

Ya sólo quedaba esperar. Y esperar. Y esperar. Íbamos viendo el resto de clases. Primero todos los machos, desde veteranos, hasta abierta, pasando por un total de 9 clases. La verdad es que la calidad de los perros españoles no tiene nada que envidiar a los que había allí. Incluso en la Clase Abierta

Machos, que es donde estaban todos los “gordos”, podrían estar perfectamente los Dante, Bronx, Blas, Kike, Patxi, Bruno y compañía. Y no les haría sombra ninguno.

El caso es que, clase tras clase, íbamos diseccionando a cada uno de los perros, y yo creo que no quedó ninguno al que no pusiéramos a caldo…….ji, ji, ji…

La cosa se iba animando, hasta que llegó la Clase Abierta Machos, se presentaron 24 perros. Aquí la cosa ya iba en serio, y la diferencia con las clases anteriores era bestial. La gente también lo sabía, y en un momento, el ring estaba repleto de gente alrededor.

Ahí estaban los cracks: Ch Zanzebern Defender (Denzel), campeón de Australia, América, Canadá y Suecia; Ch Ola av Hiselfoss, campeón de Finlandia, Noruega, Internacional, etc.; Ch Figobrit V’t Maroyke, campeón de Holanda y Luxemburgo; Ch Clifford du Haras de la Vergne, campeón de Europa Joven; entre otros.………………………..pero por encima de todos, para mi gusto Ch Emerson Van’t Stokerybos, del que sobran las presentaciones, y que defendía el título del año anterior.

El juicio fue muy extenso, y podría contaros muchas anécdotas graciosas, pero seremos educados y no desvelaremos las vergüenzas ajenas. El resultado fue que todos los grandes fueron saliendo del ring progresivamente, y al final, de ellos sólo Figo estuvo en el podium. El título se lo llevó Ch Branbern Royal Garter Via Meadowpark (un perro australiano importado, campeón de Australia), que la verdad es que no era de mis favoritos.

Luego dio comienzo el juicio de las hembras, pasando por todas las categorías hasta la nuestra, que era la penúltima. La verdad es que las hembras, en todas las categorías, se veían de mucha más calidad que los machos, aunque insisto en que tenemos perras en nuestro país que son mejores que aquellas.

Sí hay algo muy destacable en todos los perros que salieron al ring, y es que tenían todos un carácter excepcional. No veías ni un amago de agresividad, ni de miedo, ningún perro se echaba para atrás al venir el juez……..algo digno de destacar.

Senna, mientras tanto, seguía en su bench, sacándola de vez en cuando para que se desahogara un poco, pero tratando de mantenerla en tensión para el juicio. Cada vez que la sacaba parecía un Miura, con una energía tremenda. Aun así, seguía con mis temores de que se pudiera apagar al pisar la moqueta…

Las clases tardaban mucho en terminar. Los juicios se hacían eternos. Ya empezábamos a recibir mensajes y llamadas desde España. La tensión se iba notando, y las ganas de salir al ring eran enormes, tanto de Senna, como mías, y de nuestras animadoras personales, que ya no tenían uñas.

Corbata bien anudada; chaqueta sin una sola arruga; peine de Senna; últimos retoques; correa de expo profesional (la que le robé a David en su día…, y que no pienso cambiar); dorsal al brazo izquierdo; Cleenex al bolsillo derecho, últimas caricias a Senna………………………….y al ring.

Había llegado el momento.

Hacía tantos meses que estaba deseando salir a ese ring, que mi preparación mental también había sido estudiada. No podía permitirme salir nervioso, temeroso, ni con complejos. Así que salimos al ring a por todas, y Senna sabía perfectamente dónde estaba. Mejor que yo lo sabía. Todas esas dudas que tenía sobre ella se disiparon nada más pisar la moqueta. Sabía que no me defraudaría. Era su día.

Me quise poner el primero, para poder correr como a nosotros nos gusta, pero se nos adelantó una chica y otra que salió por otra entrada al ring. Allí no te llaman por número de dorsal, sino que entran todos a la vez. Total, que estábamos los terceros.

El juicio completo lo podéis ver en el video. (ver video)

Aun así, hay varias cosas que no se ven en el video, y que sólo yo vi y sentí. La cara de Senna, que no me quitaba ojo en ningún momento, salvo cuando la posaba para el juez, era preciosa. Transmitía una felicidad impresionante. Nunca se me olvidarán aquellos ojos mirándome y diciéndome “qué, a que lo estoy haciendo bien, pringao. Pase lo que pase sabes que soy la más guapa”. Varias veces tuve que dejarla que se subiera encima mío, y alguna más que se lo pedí yo. Era nuestra manera de animarnos. No había nervios, no había miedo, no había complejos. Era todo seguridad, felicidad y disfrutar el momento como nunca. Los más de 20 minutos que duró el juicio se me pasaron volando.

En todas las categorías, el juez hacía una criba y se quedaba con los 5 finalistas, a los que ya ordenaba y daba los títulos. En nuestra categoría hizo lo mismo, y selecciono a 5, entre los que no estábamos nosotros. Al resto, nos hizo dar una vuelta de honor, para despedirnos. Entonces, el juez se fijó en nosotros, y nos repescó. Bueno………….por lo menos duraríamos hasta el final……

Quedamos 6, lo que nunca había ocurrido en toda la mañana. Nos volvió a juzgar uno por uno, y en conjunto, y finalmente nos adelantó una posición más, que fue la que finalmente obtuvimos, quedando en 5ª posición, obteniendo el Very Highly Commended.

Fue como si se hubiese olvidado de nosotros y luego recapacitase y pensase que no nos podía dejar fuera.

A decir verdad, aquello nos hizo mucha ilusión, aunque ahora en frío, y repasando el video, se ve claramente que hay muchos momentos en que ni se detiene con nosotros. Pelillos a la mar….

Lo mejor de todo fue el final, cuando dio las clasificaciones. Senna saltó sobre mi y nos dimos un gran abrazo. No sé cómo fue capaz ella de saber que aquello había terminado ya. Aún me lo pregunto. En alguna otra expo ya lo había hecho, y pensé que era pura casualidad, pero allí me di cuenta de que no. Ella sabe perfectamente lo que está haciendo, y cuándo se termina. Incluso sabe cuándo lo ha hecho bien y se merece ese abrazo (aunque yo se lo doy siempre, lo haga bien o lo haga mal).

Ya han pasado casi dos semanas de aquello, y ahora, con la cabeza bien fría, puedo deciros que fue la mejor salida a ring que ha hecho Senna. En el video se puede ver, más o menos. Los que allí estuvieron lo vieron mucho mejor. Pero el que de verdad sabe cómo lo hizo, y lo que transmitía ella en cada momento, sólo lo sé yo.

Respecto al resto de contrincantes, la verdad es que ni me fijé. No era mi intención. Una vez terminado, si vi el juicio por el Mejor de Raza, y puede ver a la perra ganadora. Es cierto que era una perra muy bonita, se movía muy bien, estaba muy bien presentada, y tenía mucha alegría. Su verdadero punto fuerte era las horas de adiestramiento que llevaba encima. Era una perra entrenada para bailes, y obedecía a su handler en todo momento, y se posaba sola. Para mi gusto, se valoró demasiado este aspecto, y no hay que olvidar que se trata de un concurso de belleza, no de adiestramiento ni de baile.

En cualquier caso, nos entró por el ojo a todo el mundo, se mereció ganar y la felicito por ello.

Nos queda la honra de ser la primera clasificada de fuera del Reino Unido, y no se le puede poner ningún pero a la actuación de Senna. Igual que quedó quinta podía haber ganado perfectamente.

Luego ya vinieron los abrazos, las llamadas, las felicitaciones, las fotos, etc., etc……de lo que os doy muestra de ello con estas fotos.

 

Lo que quedaba de tarde aprovechamos para hacer las compras que nos faltaban (mantas, como no), y ver las finales en el Arena. Ni que decir tiene que se nos volvieron a saltar las lágrimas, sobretodo cuando dieron los premios al concurso “Friends for Life”, que consiste en personas con problemas que gracias a sus perros mejoran sus vidas; perros que hacen cosas increíbles por sus amos, o por otras personas, etc……..Aquí es donde digo que venía lo del humor inglés. Estos son unos cachondos. Está el estadio repleto de gente dispuesto a pasarlo bien, y van y te ponen cosas de estas….No había ni una sola persona sin lágrimas en los ojos, incluso algunos/as llorando a moco tendido. Lo peor de todo es que nosotros llorábamos incluso antes de que Priscilla nos tradujese la historia de cada perro…..debía ser contagioso….

Las finales fueron espectaculares. Todos los perros eran preciosos, pero yo me quedo con uno que me alucinó. Un Perro de los Faraones (el que sale en los jeroglíficos), que tenía un porte y una elegancia bestial. Nunca había visto uno. Y verlo moverse, y cómo lo movía su handler, era espectacular.

Cuando todo acabó, nos volvimos andando hasta el coche, comentando todo lo ocurrido, y nos dirigimos a nuestro pueblito a cenar…………………a que no sabéis dónde?????.......................

Pues no, listos, el italiano ya estaba cerrado, así que fuimos a lo seguro: Mc Donalds. Eso sí, lo pedimos para llevar, y nos lo tomamos todos juntos en nuestra habitación, recordando los momentos felices, que habían sido todos.

El viaje de vuelta, la verdad, es que fue muy pesado (más que esta crónica), y se hizo mucho más largo que el de ida. Aunque nos dio tiempo a digerir todo lo ocurrido, hacer planes de futuro, pensar en nuestras cositas de la kedada de Gredos, hablar con muchos de vosotros, etc, etc…..

No quería acabar esta crónica sin agradeceros todas las muestras de apoyo y cariño que hemos recibido. Desde antes de partir, cuando íbamos de viaje, cuando estábamos allí, y después de que pasase todo.

De verdad, creedme si os digo que en todo momento nos acordábamos de todos vosotros, y nos daba una rabia tremenda no poder vivir todo aquello junto a vosotros. El año que viene hacemos allí la kedada.

Gracias a todos, de corazón.

Un agradecimiento más especial todavía a Priscilla y Mari Sol, por acompañarnos en este viaje, apoyarnos y disfrutar con nosotros de cada momento. Vuestra compañía ha sido impagable. Cada risa y cada anécdota la recordaré siempre. Gracias.

Eduardo y Cristina. Gracias. No sabéis lo felices que nos hacéis cada día con la presencia de Senna en nuestra familia. Nuestra vida cambió desde que llegó ella y eso os lo debemos a vosotros. Eduardo, aunque no pudiste venir, Cristina te representó perfectamente en cada momento, y cada palabra y consejo suyo era como si nos lo estuvieses dando tú. Tu apoyo desde la distancia creo que fue lo que notó Senna y la hizo salir al ring como si fuera lo último que hiciera en la vida. Cristina, gracias por tu cariño.

Y a Rosa, mi mujer, gracias por aguantar durante 4000 km mis amenazas de que iba a conducir ella en la siguiente parada. Sabías que no te iba a dejar. Han sido unos días a tu lado imborrables. El año que viene nos llevamos a las niñas. Te quiero.

Senna, tú ya sabes lo que siento por ti.

Espero que esta crónica, lejos de aburriros, consiga despertar en vosotros el gusanillo de “eso hay que vivirlo”, y os animéis a ir algún año. Merece la pena.

Un abrazo muy fuerte para todos.

Mario.

 

 

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