Todo empezó como un sueño cuando, tras ganar
en la exposición de Talavera, en mayo del
2008, obtuvimos la clasificación para Crufts
2009. En aquellos momentos de euforia,
surgió la idea de ir allí, a probar suerte y
vivir una experiencia única.
Al principio, la idea era acudir unos
cuantos, algunos con perro y otros sin el, y
pasarlo en grande. Poco a poco, la gente se
fue echando para atrás, por diversos
motivos, y al final casi nos quedamos solos,
con Senna. Nosotros también estuvimos apunto
de abandonar la idea del viaje, puesto que
las trabas eran muchas: trámites farragosos
para poder introducir al perro en el Reino
Unido; papeleo con el Kennel Club para que
nos dejasen participar; y el viaje, que sólo
lo podíamos hacer en coche, ya que el precio
en avión para un perro de 50 kg nos suponía
un gasto de más de 2000 € (sólo el perro),
que era imposible de asumir.
A pesar de todo, la ilusión que teníamos era
tan grande, que tratamos de no pensar en
todos estos problemas juntos, sino en ir
resolviéndolos uno a uno. Primero hicimos la
reserva del hotel. Luego tomamos las
muestras de sangre a Senna para el análisis
de anticuerpos de la rabia. Solicitamos el
ATC (Authority to Compete) al Kennel Club. Y
finalmente sacamos el billete de Eurotunnel,
para atravesar en coche el Canal de La
Mancha, y reservamos los hoteles del
trayecto en Francia.
El viaje suponía hacer 4000 km en cuatro
días, con lo cual, era mejor no pensarlo...
En julio pudimos conocer de primera mano al
juez que nos iba a juzgar en Crufts (Andrew
H. Brace), ya que era el que juzgaba a los
Boyeros de Berna en la exposición
Internacional de Lisboa (Mediterranean
Winner 2008). Allí nos dio el Mejor de Raza,
compitiendo contra Nazca, en las hembras, y
contra Dante, por la raza. Quizá haya sido
uno de los juicios más difíciles que hemos
tenido, y eso nos dio mucha moral para ir a
Crufts. Además al juez le gustó bastante la
perra, y creíamos que podíamos hacer un buen
papel.
La preparación de Senna fue hecha a medida.
Un entrenamiento por semana, aplicando
diferentes técnicas de estimulación, para
que saliese al ring pletórica, y no se
apagase, como vino haciendo en sus últimas
salidas. Cuando creíamos que la técnica ya
estaba depurada, fuimos a Valladolid, a ver
cómo lo hacía, y nos llevamos un pequeño
chasco, al no conseguir que saliera como lo
hacía en los entrenamientos. Al final eso
nos vino bien, puesto que cambiamos algunas
cositas, y nos ayudó a perfeccionar.
Según se iba acercando el día de partir los
nervios iban saliendo. Estábamos ansiosos
por ponernos en camino, y creíamos que no
llegaba nunca el día.
Justo cuando la preparábamos para Valladolid
se le empezó a caer el pelo a lo bestia.
Optamos por no bañarla para esa exposición,
y mantener así algo de pelo hasta el baño de
Crufts. No sé si eso sirvió para algo,
porque el miércoles antes de partir hacia
Birmingham, cuando la bañé, casi tuve que
llamar a los bomberos para que nos
rescatasen de la tormenta de pelos que se
genero con el expulsor, tras el baño.
A pesar de ese “pequeño” hándicap, ya no nos
íbamos a echar atrás, y confiábamos en que
el juez fuese capaz de ver todas las
virtudes que tiene Senna, aunque pareciese
un Gran Boyero Suizo.
Siempre se suele decir que a estas cosas se
va a disfrutar y a vivir la experiencia, y
es cierto, pero tampoco se puede negar que
uno siempre va a hacerlo lo mejor posible y
sin renunciar a nada. A optimismo nadie nos
ganaba. Un día hoy que, en la vida, todos
los que fracasan son gente optimista, pero
que también lo son los que triunfan, ya que
los pesimistas ni siquiera lo intentan.
Con todo esto, y la ilusión por las nubes,
por fin llegó el día de partida. Salimos el
jueves día 5 a las 14:30, y nuestra primera
etapa nos debía llevar hasta Burdeos, a unos
700 km de distancia. El viaje fue muy duro,
con nieve, viento, lluvia, atascos, árboles
caídos en la carretera, y muchas de esas
cosas incluso juntas. El coche iba con el
maletero de techo, para que Senna tuviese
toda la parte de atrás para ella sola, y
fuese como en una limusina, vamos, como
Penélope Cruz a los Oscar.
A las 23:00,
llegamos a Burdeos, más o menos a la hora
prevista. Aunque Senna estaba como loca por
correr
y jugar, no pudimos darle mucho juego, y nos
fuimos a la cama enseguida, para madrugar al
día siguiente, donde nos esperaban casi 1200
km hasta llegar a Birmingham.
A las 7 de la mañana ya estábamos de nuevo
en el coche. Esta vez el día amaneció
soleado, y el viaje se
hizo
mucho más agradable. Atravesamos toda
Francia, hasta llegar a Calais, donde
debíamos coger el Eurotunnel, que nos
transportaría hasta el Reino Unido. Pero
antes debíamos pasar el temido control
veterinario fronterizo,
donde como tengas un papel mal, no te dejan
pasar con el perro.
En un momento del viaje, miré por el espejo
retrovisor y le dije a Senna: “Anda, que te
quejarás de la de
sitios que estás conociendo gracias a
nosotros…”, y Senna me echó una mirada que,
y pude leer claramente
que su mente decía: “¿Y la de sitios que
estáis conociendo vosotros gracias a
mi?...”. Y qué razón tiene pensé.…
Y casi sin darnos nos cuenta, nos habíamos
hecho los 800 km hasta llegar a Calais, y
sólo eran las 15:00. La verdad es que
conducir por las autopistas de Francia es
una maravilla. En eso nos dan mil vueltas.
Llegamos al dichoso control veterinario, y
allí vimos al primer Boyero de Berna que iba
a Crufts. No puedo deciros de dónde venía,
porque luego no le volvimos a ver en Crufts,
pero era un perro tremendo, muy gordo y con
más pelo que las patillas de la Pantoja. Ya
nos podía haber dado algo……….Nos entró un
poco de complejo.
Apunto estuvimos de no poder continuar el
viaje, al faltarnos un sello en la vacuna de
la rabia.
No fue un descuido nuestro, sino que al
vacunar a Senna en la campaña del
Colegio Oficial de Veterinarios, éstos no
traen ningún sello, ya que no se trata de
ninguna clínica privada.
A pesar de ello, la chica del control hizo
la vista gorda y nos dijo que no nos pondría
ningún problema, porque sabía a dónde
íbamos. Seguro que si llegamos a ir en otra
época del año, no nos hubieran dejado pasar.
Tras este pequeño susto, por fin montamos en
el tren.
Pudimos estirar las piernas un ratillo, y
avituallarnos. El trayecto bajo el mar dura
35 minutos, y cuando te quieres dar cuenta,
te encuentras ya en el Reino Unido.
Nada más salir del túnel comienza el estrés:
¡ ¡ ¡ Conducir por la izquierda ! ! !
Fueron 300 km de examen de conducir. Mirando
a todos lados continuamente, respetando la
velocidad, leyendo cada cartel, sudándote
las manos, etc.….. Pero bueno, acabas
acostumbrándote. La autopista más o menos se
lleva bien, pero cuando llegamos al
pueblo………….y a la primera
glorieta………………menos mal que no venía nadie.
Si ya es difícil conducir por la izquierda,
aún lo es más con nuestros coches, y si
encima te pintan las rayas en
zig-zag…………..se puede liar parda….
Llegamos al hotel a
eso de las 19:00, tras un atascazo en
Londres impresionante. Eso sí, allí no ves a
nadie cambiando de carril como loco, para
ver si esquiva el atasco, y eso se agradece.
Al llegar al hotel, en Solihull, nos
encontramos por fin con Cristina (La Sombra
del Vizcar)
y su hermana Mari Sol. Fue una alegría
enorme verlas a ellas, y saber que habíamos
pasado lo peor del viaje (o eso creíamos).
Senna salió como loca del coche. Las paradas
durante el trayecto obviamente no habían
sido suficientes para que descargase toda su
energía acumulada, y allí estalló a correr y
saltar como una loca. Dimos un paseo por
Solihull, que es un pueblo precioso, típico
inglés, digo yo…., y cenamos tranquilamente
en un Italiano (diréis que si estamos
tontos, pero era de lo poco que había
abierto a esa hora). Tras una cena muy amena
y divertida, cogimos a Senna y la dimos un
buen paseo por el pueblo, que agradecimos
todos, aunque la noche era algo fría.
A la mañana siguiente me levanté a las 6:00,
debido a los nervios. Me duché, cogí a Senna
y nos fuimos, cámara en mano, a dar una
vuelta por el pueblo y aprovechar la luz del
amanecer para sacar unas fotos del hotel y
de los alrededores.
Hasta la iglesia con cementerio, tipo
Thriller, tenía su encanto, a esas horas.
Tras desayunar, salimos pitando hacia el NEC
(National Exhibition Center),
donde se celebra el Crufts. Aparcamos en un
buen sitio, a la sombrita para que Senna
estuviera a gustito, ya que no se puede
pasar con perro, salvo el día que compites,
y entramos en el recinto………….
IM PRESIONANTE. Nada más llegar ya notas que
estás asistiendo a una cosa muy seria, y que
eso no es una exposición cualquiera.
Fuimos a ver nuestro pabellón, y nuestro
ring, no sin antes empezar a parar en las
tiendas que había por el camino, y ver las
decoraciones de los benches (como los boxes
de Fórmula 1, donde tienes que tener al
perro), llenos de tarjetas deseando suerte a
los perros, enviadas por los amigos de
estos. Ahí fue cuando me acordé de todos
vosotros, y de las muchas llamadas, mails y
mensajes que habíamos recibido deseándonos
suerte. Para la próxima ya lo sabemos, eso
no sirve, hay que mandar cristmas.
Una vez detectado nuestro ring, y visto un
poco cómo funcionaban los juicios, nos
fuimos a ver el resto de pabellones.
Cinco pabellones llenos de rings, tiendas,
estands de clubs, de marcas de pienso, y
todo lo que os podáis imaginar entorno al
mundo del perro, todo. Incluso había una
tienda que vendían cojines y almohadas, que
diréis “qué tiene esto que ver con los
perros??”, pues sí………….que se lo pregunten a
Sacha…..
Gente había para aburrir, todos los rings
llenos, todas las tiendas, todos los estands,
todos los rings centrales de cada pabellón.
Por todos lados personas y perros, y sólo
faltaba una cosa: Oír a un perro ladrando.
No se oía ni un solo ladrido. Intentas
prestar atención a ver si escuchas alguno, y
no lo consigues. Qué perros más educados, no
como en España, que estás 1 hora en una
exposición canina y sales con la cabeza como
un bombo.
Allí la gente compra de todo, como es
lógico, pero lo típico es comprar alfombras
para los perros. Ir a Crufts y no traerte
una alfombra es como el que va a Portugal y
no compra toallas. El caso es que salimos
con unas cuantas. Tienen un aspecto muy
cutre, pero son muy acogedoras y por lo
visto duran mucho y se lavan muy bien en la
lavadora. Mis perras están encantadas con
las que les traje.
A eso del mediodía llegó Priscilla (Southcourt),
a la que recibimos con mucha alegría, puesto
que era nuestra salvación ante posibles
problemas lingüísticos, y la que nos
ayudaría a entender el humor inglés………….(ya
os lo explicaré más adelante).
Nos dirigimos entonces al Arena, que es el
pabellón donde se celebran
todas las finales
y los espectáculos más importantes. Es lo
que se ve en la tele. Entras por una
alfombra roja,
perfectamente ordenado, y en silencio. Todo
a oscuras, y al fondo se empiezan a
ver los focos del ring central. Parece que
entras a un estadio de fútbol. De repente,
del silencio brotan unos aplausos y gritos
tremendos, como si hubieran marcado un gol.
Se te empieza a poner la piel de gallina, y
se te entrecorta la respiración. Cuando por
fin accedes, la visión es impresionante. La
foto lo refleja bastante bien, pero la
sensación de vivirlo allí es indescriptible.
Aún cuando lo recuerdo noto esos mismos
sentimientos. Creo que es algo que no
olvidaré nunca.
Nos sentamos y empezamos a ver el
espectáculo. Era una entrega de premios de
bailes, y oír por la megafonía el resultado,
escuchar los aplausos y ver las reacciones
de la gente, hizo que se nos saltaran las
lágrimas a los cinco. Teníamos la sensación
de estar presenciando algo muy especial. Y
pensar que todo aquello giraba entorno a los
perros, todavía lo hace más mágico. A todos
se nos vino a la cabeza la sensación de que
aquello deben experimentarlo todos los
amantes de los perros alguna vez en la vida.
Y fue el segundo momento importante en que
el que me acordé de muchos de vosotros.
Incluso, aún con los ojos vidriosos, envié
algún sms para contároslo.
A continuación empezó una final de agility
mini (creo que se llama así), en la que los
primos de Zoe hicieron soltar carcajadas y
aplausos, con sus espectaculares vuelos, a
todo el estadio.
Tras un rato viendo los espectáculos del
ring central, decidimos marcharnos a comer
algo, y dar un paseo por Birmingham con
Senna, para que se relajase y concentrase
para el día siguiente (como hacen los
futbolistas el día antes del partido).
Birminghan
no tiene tanto encanto como el pueblecito
donde estábamos alojados, pero también tiene
sitios
bonitos. El centro de la ciudad hay una
serie de canales, tipo Venecia, por los que
circulan unos barcos muy peculiares. Según
nos contó Priscilla, se puede recorrer toda
Inglaterra en esos barcos, a través de los
canales.
Senna parecía que intuía que algo gordo se
preparaba, y la encontrábamos cada vez más
guapa. Muy activa, muy alegre, muy chula.
Estaba con el grado de tensión justo que
habíamos deseado tanto tiempo. Pensábamos,
“ojala que mañana salga así al ring….”.
¿A que ya no os acordáis de que todavía no
habíamos comido? Pues nosotros tampoco. Con
los nervios de pensar en el día siguiente,
los comentarios de todo lo que habíamos
visto esa mañana, el paisaje y el
empanamiento que teníamos encima, nos
quedamos sin comer, por lo que decidimos
volver a Solihull, y cenar allí prontito.
Como nos había gustado
tanto el italiano de la noche anterior, a
pesar de la hora y media que tardaron en
servirnos, volvimos a repetir. Sacamos otro
poquito a Senna y a la cama, que había que
madrugar.
Nos levantamos pronto para darle a Senna un
último toque con el expulsor, pero cuando lo
fuimos a enchufar, resulta que la corriente
no era suficiente para ese aparato (luego
nos enteramos que hay que pedir un adaptador
en recepción y conectarlo a otro enchufe),
por lo que Senna seguía con sus cuatro
pelitos descolocados…
Nada más salir por la puerta del hotel,
Senna le pegó un ladrido a un Pastor de Brie
que estaba en la puerta, todo mono él, como
diciéndole “quita de mi camino, que sale la
artista…... Si me quereíh irse…” , a lo Lola
Flores.
Y salimos hacia el NEC….Aparcamos el coche,
cogimos todos los bártulos y nos montamos en
el
autobús que te lleva hasta los pabellones,
para ahorrarnos el kilómetro y pico que hay
desde el parking. Ya en el parking vimos a
los primeros boyeros que iban a competir con
nosotros. Fuimos haciendo descartes……….no
nos asustaba ninguno.
Por supuesto, Senna fue sentada en los
asientos del autobús, mientras el resto
fuimos de pie. No penséis que somos unos
maleducados, casi todos los perros iban así.
Para eso son los protagonistas de toda esta
historia…
Entramos en el pabellón, acomodamos a Senna
en su bench, colocamos nuestras sillas y el
trípode de la cámara alrededor del ring, y
cuando nos quisimos dar cuenta, ya había
empezado el juicio. Puntualidad británica.
Ya sólo quedaba
esperar. Y esperar. Y esperar. Íbamos viendo
el resto de clases. Primero todos los
machos, desde veteranos, hasta abierta,
pasando por un total de 9 clases. La verdad
es que la calidad de los perros españoles no
tiene nada que envidiar a los que había
allí. Incluso en la Clase Abierta
Machos, que es donde estaban todos los
“gordos”, podrían estar perfectamente los
Dante, Bronx, Blas, Kike, Patxi, Bruno y
compañía. Y no les haría sombra ninguno.
El caso es que, clase tras clase, íbamos
diseccionando a cada uno de los perros, y yo
creo que no quedó ninguno al que no
pusiéramos a caldo…….ji, ji, ji…
La cosa se iba animando, hasta que llegó
la Clase Abierta Machos, se presentaron
24 perros. Aquí la cosa ya iba en serio,
y la diferencia con las clases
anteriores era bestial. La gente también
lo sabía, y en un momento, el ring
estaba repleto de gente alrededor.
Ahí estaban los cracks: Ch Zanzebern
Defender (Denzel), campeón de Australia,
América, Canadá y Suecia; Ch Ola av
Hiselfoss, campeón de Finlandia,
Noruega, Internacional, etc.; Ch
Figobrit V’t Maroyke, campeón de Holanda
y Luxemburgo; Ch Clifford du Haras de la
Vergne, campeón de Europa Joven; entre
otros.………………………..pero por encima de
todos, para mi gusto Ch Emerson Van’t
Stokerybos, del que sobran las
presentaciones, y que defendía el título
del año anterior.
El juicio fue muy extenso, y podría
contaros muchas anécdotas graciosas,
pero seremos educados y no desvelaremos
las vergüenzas ajenas. El resultado fue
que todos los grandes fueron saliendo
del ring progresivamente, y al final, de
ellos sólo Figo estuvo en el podium. El
título se lo llevó Ch Branbern Royal
Garter Via Meadowpark (un perro
australiano importado, campeón de
Australia), que la verdad es que no era
de mis favoritos.
Luego dio comienzo
el juicio de las hembras, pasando por
todas las categorías hasta la nuestra,
que era la penúltima. La verdad es que
las hembras, en todas las categorías, se
veían de mucha más calidad que los
machos, aunque insisto en que tenemos
perras en nuestro país que son mejores
que aquellas.
Sí hay algo muy destacable en todos los
perros que salieron al ring, y es que
tenían todos un carácter excepcional. No
veías ni un amago de agresividad, ni de
miedo, ningún perro se echaba para atrás
al venir el juez……..algo digno de
destacar.
Senna, mientras tanto, seguía en su
bench, sacándola de vez en cuando para
que se desahogara un poco, pero tratando
de mantenerla en tensión para el juicio.
Cada vez que la sacaba parecía un Miura,
con una energía tremenda. Aun así,
seguía con mis temores de que se pudiera
apagar al pisar la moqueta…
Las clases tardaban mucho en terminar.
Los juicios se hacían eternos. Ya
empezábamos a recibir mensajes y
llamadas desde España. La tensión se iba
notando, y las ganas de salir al ring
eran enormes, tanto de Senna, como mías,
y de nuestras animadoras personales, que
ya no tenían uñas.
Corbata bien anudada; chaqueta sin una
sola arruga; peine de Senna; últimos
retoques; correa de expo profesional (la
que le robé a David en su día…, y que no
pienso cambiar); dorsal al brazo
izquierdo; Cleenex al bolsillo derecho,
últimas caricias a Senna………………………….y al
ring.
Había llegado el momento.
Hacía tantos meses que estaba deseando
salir a ese ring, que mi preparación
mental también había sido estudiada. No
podía permitirme salir nervioso,
temeroso, ni con complejos. Así que
salimos al ring a por todas, y Senna
sabía perfectamente dónde estaba. Mejor
que yo lo sabía. Todas esas dudas que
tenía sobre ella se disiparon nada más
pisar la moqueta. Sabía que no me
defraudaría. Era su día.
Me quise poner el primero, para poder
correr como a nosotros nos gusta, pero
se nos adelantó una chica y otra que
salió por otra entrada al ring. Allí no
te llaman por número de dorsal, sino que
entran todos a la vez. Total, que
estábamos los terceros.
El juicio completo lo podéis ver en el
video.
(ver video)
Aun así, hay varias cosas que no se ven
en el video, y que sólo yo vi y sentí.
La cara de Senna, que no me quitaba ojo
en ningún momento, salvo cuando la
posaba para el juez, era preciosa.
Transmitía una felicidad impresionante.
Nunca se me olvidarán aquellos ojos
mirándome y diciéndome “qué, a que lo
estoy haciendo bien, pringao. Pase lo
que pase sabes que soy la más guapa”.
Varias veces tuve que dejarla que se
subiera encima mío, y alguna más que se
lo pedí yo. Era nuestra manera de
animarnos. No había nervios, no había
miedo, no había complejos. Era todo
seguridad, felicidad y disfrutar el
momento como nunca. Los más de 20
minutos que duró el juicio se me pasaron
volando.
En todas las categorías, el juez hacía
una criba y se quedaba con los 5
finalistas, a los que ya ordenaba y daba
los títulos. En nuestra categoría hizo
lo mismo, y selecciono a 5, entre los
que no estábamos nosotros. Al resto, nos
hizo dar una vuelta de honor, para
despedirnos. Entonces, el juez se fijó
en nosotros, y nos repescó.
Bueno………….por lo menos duraríamos hasta
el final……
Quedamos 6, lo que nunca había ocurrido
en toda la mañana. Nos volvió a juzgar
uno por uno, y en conjunto, y finalmente
nos adelantó una posición más, que fue
la que finalmente obtuvimos, quedando en
5ª posición, obteniendo el Very Highly
Commended.
Fue como si se hubiese olvidado de
nosotros y luego recapacitase y pensase
que no nos podía dejar fuera.
A decir verdad, aquello nos hizo mucha
ilusión, aunque ahora en frío, y
repasando el video, se ve claramente que
hay muchos momentos en que ni se detiene
con nosotros. Pelillos a la mar….
Lo mejor de todo fue el final, cuando
dio las clasificaciones. Senna saltó
sobre mi y nos dimos un gran abrazo. No
sé cómo fue capaz ella de saber que
aquello había terminado ya. Aún me lo
pregunto. En alguna otra expo ya lo
había hecho, y pensé que era pura
casualidad, pero allí me di cuenta de
que no. Ella sabe perfectamente lo que
está haciendo, y cuándo se termina.
Incluso sabe cuándo lo ha hecho bien y
se merece ese abrazo (aunque yo se lo
doy siempre, lo haga bien o lo haga
mal).
Ya han pasado casi dos semanas de
aquello, y ahora, con la cabeza bien
fría, puedo deciros que fue la mejor
salida a ring que ha hecho Senna. En el
video se puede ver, más o menos. Los que
allí estuvieron lo vieron mucho mejor.
Pero el que de verdad sabe cómo lo hizo,
y lo que transmitía ella en cada
momento, sólo lo sé yo.
Respecto
al resto de contrincantes, la verdad es
que ni me fijé. No era mi intención. Una
vez terminado, si vi el juicio por el
Mejor de Raza, y puede ver a la perra
ganadora. Es cierto que era una perra
muy bonita, se movía muy bien, estaba
muy bien presentada, y tenía mucha
alegría. Su verdadero punto fuerte era
las horas de adiestramiento que llevaba
encima. Era una perra entrenada para
bailes, y obedecía a su handler en todo
momento, y se posaba sola. Para mi
gusto, se valoró demasiado este aspecto,
y no hay que olvidar que se trata de un
concurso de belleza, no de
adiestramiento ni de baile.
En cualquier caso, nos entró por el ojo
a todo el mundo, se mereció ganar y la
felicito por ello.
Nos queda la honra de ser la primera
clasificada de fuera del Reino Unido, y
no se le puede poner ningún pero a la
actuación de Senna. Igual que quedó
quinta podía haber ganado perfectamente.
Luego ya vinieron los abrazos, las
llamadas, las felicitaciones, las fotos,
etc., etc……de lo que os doy muestra de
ello con estas fotos.
Lo que quedaba de
tarde aprovechamos para hacer las
compras que nos faltaban (mantas, como
no), y ver las finales en el Arena. Ni
que decir tiene que se nos volvieron a
saltar las lágrimas, sobretodo cuando
dieron los premios al concurso “Friends
for Life”, que consiste en personas con
problemas que gracias a sus perros
mejoran sus vidas; perros que hacen
cosas increíbles por sus amos, o por
otras personas, etc……..Aquí es donde
digo que venía lo del humor inglés.
Estos son unos cachondos. Está el
estadio repleto de gente dispuesto a
pasarlo bien, y van y te ponen cosas de
estas….No había ni una sola persona sin
lágrimas en los ojos, incluso algunos/as
llorando a moco tendido. Lo peor de todo
es que nosotros llorábamos incluso antes
de que Priscilla nos tradujese la
historia de cada perro…..debía ser
contagioso….
Las finales fueron espectaculares. Todos
los perros eran preciosos, pero yo me
quedo con uno que me alucinó. Un Perro
de los Faraones (el que sale en los
jeroglíficos), que tenía un porte y una
elegancia bestial. Nunca había visto
uno. Y verlo moverse, y cómo lo movía su
handler, era espectacular.
Cuando todo acabó, nos volvimos andando
hasta el coche, comentando todo lo
ocurrido, y nos dirigimos a nuestro
pueblito a cenar…………………a que no sabéis
dónde?????.......................
Pues no, listos, el italiano ya estaba
cerrado, así que fuimos a lo seguro: Mc
Donalds. Eso sí, lo pedimos para llevar,
y nos lo tomamos todos juntos en nuestra
habitación, recordando los momentos
felices, que habían sido todos.
El viaje de vuelta, la verdad, es que
fue muy pesado (más que esta crónica), y
se hizo mucho más largo que el de ida.
Aunque nos dio tiempo a digerir todo lo
ocurrido, hacer planes de futuro, pensar
en nuestras cositas de la kedada de
Gredos, hablar con muchos de vosotros,
etc, etc…..
No quería acabar esta crónica sin
agradeceros todas las muestras de apoyo
y cariño que hemos recibido. Desde antes
de partir, cuando íbamos de viaje,
cuando estábamos allí, y después de que
pasase todo.
De verdad, creedme si os digo que en
todo momento nos acordábamos de todos
vosotros, y nos daba una rabia tremenda
no poder vivir todo aquello junto a
vosotros. El año que viene hacemos allí
la kedada.
Gracias a todos, de corazón.
Un agradecimiento más especial todavía a
Priscilla y Mari Sol, por acompañarnos
en este viaje, apoyarnos y disfrutar con
nosotros de cada momento. Vuestra
compañía ha sido impagable. Cada risa y
cada anécdota la recordaré siempre.
Gracias.
Eduardo y Cristina. Gracias. No sabéis
lo felices que nos hacéis cada día con
la presencia de Senna en nuestra
familia. Nuestra vida cambió desde que
llegó ella y eso os lo debemos a
vosotros. Eduardo, aunque no pudiste
venir, Cristina te representó
perfectamente en cada momento, y cada
palabra y consejo suyo era como si nos
lo estuvieses dando tú. Tu apoyo desde
la distancia creo que fue lo que notó
Senna y la hizo salir al ring como si
fuera lo último que hiciera en la vida.
Cristina, gracias por tu cariño.
Y a Rosa, mi mujer, gracias por aguantar
durante 4000 km mis amenazas de que iba
a conducir ella en la siguiente parada.
Sabías que no te iba a dejar. Han sido
unos días a tu lado imborrables. El año
que viene nos llevamos a las niñas. Te
quiero.
Senna, tú ya sabes lo que siento por ti.
Espero que esta crónica, lejos de
aburriros, consiga despertar en vosotros
el gusanillo de “eso hay que vivirlo”, y
os animéis a ir algún año. Merece la
pena.
Un abrazo muy fuerte para todos.
Mario.